Del Yucatán al Bósforo: El boom de las telenovelas turcas
En las últimas décadas, mientras en España arrasaban las telenovelas como Pasión de gavilanes, Gata salvaje o Frijolito, en los países que exportaban estas producciones se iba introduciendo el germen del boom que estaba por venir a nuestro país unos años después. Tal fue el éxito de las producciones turcas en varios países de Latinoamérica, que los dramas turcos han llegado a ocupar entre el 40 % y el 60 % respectivamente de las parrillas de cadenas como Mega (Chile) y Telefé (Argentina). No obstante, este éxito no se reduce solo a los países al otro lado del Atlántico ya que, en Europa, también gozan de gran popularidad en países como Rumanía, Bulgaria o Eslovaquia, entre otros.
Después de esta fantástica acogida internacional, ¿alguien dudaba de que en España, viendo nuestra propensión a disfrutar del drama y del salseo (de yogur, en este caso), íbamos a pasar por alto la oportunidad de devorar estas suculentas y muy especiadas telenovelas? ¡Ké ba! (perdón por el chiste).
El primer drama turco que llegó a España fue Fatmagül, que trata sobre una mujer violada que se ve obligada a casarse con un partícipe de la agresión, aka Un día cualquiera en Alabama en 2020. Se convirtió en la serie más vista en la historia de Nova (Atresmedia), canal donde se emitió. Sin embargo, tras este éxito, ha sido Mediaset (porque en La 2, a saber por qué, no estaban muy por la labor) la encargada de abrir las puertas de España a las telenovelas turcas y huelga decir que este «Turkish Welcome» que se marcaron les ha salido redondo con títulos como Kara Sevda o Sühan, entre otros.
Sin duda, nadie imaginó que la novela que veía el dependiente del kebab en un canal extranjero plagado de interferencias cuando volvíamos de fiesta a las 3 de la mañana… iba a ser la comidilla de las peluquerías de media España un par de años después.
Pero ¿a qué se debe el éxito de estos estereotípicos turcos rubios de ojos azules, 1,90 metros, tez besada por el sol del Mediterráneo, bíceps como la península de Anatolia y que, a menudo, suelen estar doblados por el mismo actor que dobla a Hugh Jackman? Es posible que la pregunta se responda sola, pero ahondemos un poco más en las razones.
Para empezar, destaca su nivel de producción si lo comparamos con la mayoría de telenovelas latinoamericanas. Si bien estas suelen estar rodadas en interiores y decorados, la mayoría de los dramas turcos cuentan con muchas escenas y tomas en exteriores. Al tratarse de escenarios exóticos y ajenos a gran parte del público español, resultan muy atractivos, lo que ayuda a captar la atención. Lo mismo ocurre con las costumbres turcas, o con los gestos, que en ocasiones chocan con nuestra visión occidental. Por ejemplo, el típico gesto en forma de círculo uniendo el índice y el pulgar no significa «ok» ni «jaja, has mirado», sino que una persona es homosexual.
El mencionado choque cultural suele verse reflejado a menudo en las tramas de las propias telenovelas ya que, en muchas de ellas, el hilo conductor sobre el que se sustenta suele ser el de los matrimonios concertados que, SPOILER ALERT, suelen acabar mal. Algo (por suerte) prácticamente impensable en España hoy en día, cosa que los actores de las novelas turcas aún no parecen tener muy claro, como dijo Devrim Saltoglu, el villano de Sila: «Una niña antes se casaba por una finalidad económica o por una razón de descendencia, y esta situación todavía existe; supongo que también en España hay quien se ve forzada a casarse de este modo». NO, HOMBRE, NO. @policía
Tras esto, solo nos queda correr un tupido velo y disfrutar (a quien le guste) de un género muy específico que parece que se asienta en la parrilla de TV española. No sabemos a ciencia cierta si ha venido para quedarse o si solo se ha pasado a saludar; eso solo el tiempo lo dirá. Sin embargo, lo que sí que podemos decir, como país católico apostólico romano que somos, es: ¡Que viva Santa Sofía!
En AMPERSOUND Translate Media, seguiremos trabajando para traducir, subtitular y doblar series, sean del género que sean.